Elige una música suave que te guste para acompañarte en este ejercicio.
Empieza desde el suelo, con los ojos cerrados, y toma contacto contigo mismo un momentito, a ver cómo están tus ganas de moverte (¿lentamente, rápidamente…?), y deja que tu cuerpo encuentre el movimiento que necesite, sea estirarse, o cualquier movimiento que nunca te había encontrado y que llega ahora.
Deja un tiempo para que el cuerpo se exprese. Y si vienen las ganas, ponte en pie lentamente. Abre los ojos y sigue el movimiento. Deja que fluya tu cuerpo. entregándote a tu inspiración en este momento.